viernes, 19 de marzo de 2010

La falta de sueño sería la causa del mal humor adolescente

Diario Hoy
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La adolescencia es una edad marcada por la conflictividad, el mal humor y la displicencia de parte de los jóvenes con respecto a sus padres, compañeros o entorno en general.
Esta etapa de la vida está cruzada por múltiples determinaciones sociales y económicas que indican las posibilidades reales de que algunos jóvenes lleguen a convertirse en los ciudadanos del futuro. Para otros, las restricciones económicas harán muy dificultoso su tránsito por la adolescencia, considerando las situaciones de maltratos, abusos y carencias afectivas que padecen miles de jóvenes en todo el país.
Para aquellos que tienen la suerte de poder sobrellevar una adolescencia sin tantas penurias económicas y dentro de un entorno familiar medianamente armónico, esta etapa se presentará como un momento de la vida dedicado fundamentalmente al desarrollo de la identidad y a la búsqueda de una personalidad propia que, sin lugar a dudas, marcará su porvenir.
Generalmente, el proceso de identificación estará conformado por cambios de personalidad, rebeldía, ira y estados de ánimo volátiles. Según una opinión muy extendida por los profesionales de la salud, estos arrebatos temperamentales y humor cambiante serían causados fundamentalmente por causas hormonales.
De acuerdo a una reciente investigación efectuada por científicos escoceses de la organización Sleep Scotalnd, estos enojos y explosiones del carácter se asocian a trastornos del sueño.
Los investigadores descubrieron que la mayoría de los adolescentes encuestados se iban a la cama a las 23 o incluso a la medianoche. Y lo que los mantiene despiertos es la televisión, los videojuegos o las redes sociales e internet.
Esta doble implicancia entre la falta de sueño y uso de las nuevas tecnologías y el consumo de productos audiovisuales puede asociarse a la realidad de muchos adolescentes de clase media de nuestra región que conbinan cotidianamente altas dosis de internet y televisión, con escasas horas de sueño.
Científicos en Escocia descubrieron que muchos jóvenes no duermen lo suficiente y eso provoca que sean tan temperamentales y gruñones.
“No nos sorprende”, dice Fiona Patterson, jefa de Salud de Sleep Scotland. “Por eso no pueden funcionar con tan poco sueño”, agregó.
“Hoy sabemos que 71% de los jóvenes tienen más probabilidades de sufrir depresión y ansiedad si no duermen lo suficiente. Y los estudios han demostrado que un joven puede subir de calificaciones si cambia sus patrones de sueño”, afirmó Jane Ansell, directora de la organización Nueve horas, la cual recomienda mantener esas horas de sueño para lograr una vida saludable en los más jóvenes.
Cosultada por Hoy, la licenciada Mabel Sgrilleti (*) dijo: “Todos los procesos mentales mejoran con el sueño. El sueño no se recupera jamás. La mejor idea sería que cada persona se organice su propio sueño pero que éste no pase de menos de 7 horas de descanso”.
Y agregó: “En el caso de los adolescentes, a veces es muy elevado el costo que se ponen en téminos de autoexigencia en cuanto a poder tener más horas de estudio durante la noche. Creo que una buena lección la dieron los orientales con su sabiduría y sus conociemientos de fenshui. Cada uno deberíaelegir la forma y la manera de dormir y respetarla”.
Según Jane Ansell, “la falta de sueño es un problema mucho más común de lo que se piensa, porque por lo general los padres están dormidos y no se dan cuenta de lo que están haciendo sus hijos adolescentes”.
La organización Nueve Horas busca la inserción dentro de espacios educativos con el objetivo de poder concientizar a los más jóvenes en la importancia que un buen descanso reporta para una mejor calidad de vida.
“No estamos tratando de convencerlos, lo que intentamos es hacerlos conscientes de que no dormir suficiente es una conducta que pueden cambiar y que si la cambian podrán obtener mejores resultados, tanto en su rendimiento deportivo como académico”, sostuvo Ansell.
Agregó que “sabemos que ordenarle a un adolescente que se vaya a dormir no funciona y todos los padres lo saben. Al contrario, eso sólo provoca cada vez más conflictos. Por eso creemos que si se les enseña en la escuela a dormir como parte de un programa de vida sana, podemos evitar los conflictos familiares y es una forma más efectiva de que los jóvenes aprendan a controlar sus patrones de sueño”.

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